
El masaje son un conjunto de manipulaciones que se realizan sobre la piel de una parte del cuerpo o sobre todo el conjunto de este. El masaje lo podremos utilizar mediante ayuda de instrumentos o bien con la sola ayuda de nuestras manos.
Mediante esta técnica podremos tener efectos relajantes, estéticos o terapéuticos (ya sea de índole preventiva o terapéutica). Desde mi punto de vista, no existe una única forma de aplicar masaje, pues este arte depende del cuerpo con el que estemos trabajando y del terapeuta que realiza la técnica.
Con este tipo de trabajo se crea una unión muy estrecha e íntima entre el fisioterapeuta y el paciente que le confía su salud. El masaje correctamente realizado aportará confort, alivio y sensación de ser acompañado y comprendido en la patología. La disposición del terapeuta debe ser máxima, realizando cada pase con gran concentración para poder realizar una lectura del estado de los tejidos de nuestro paciente. Es lo que en el argot de la terapia manual se llama “escuchar al tejido”.
El masaje les aportará a nuestros pacientes más de lo que nos imaginamos. A continuación vamos a nombrar algunos de sus beneficios.

El masaje y la piel
El principal benefactor del masaje en lo referente al cuerpo del masaje va a ser la piel, ya que sobre ella se realiza dicha técnica, dando con ello:
Una vasodilatación cutánea.
Liberación de histaminas.
Ayudará a la eliminación de células muertas.
Activará la circulación capilar sanguínea y linfática.
Aumentará la secreción sudorípara, con lo que ayudará a mejorar la eliminación de sustancias nocivas para nuestro organismo.
Otra cosa a tener en cuenta, es que nos relacionamos a través de la piel con nuestro entorno, por lo que está cubierta de receptores cutáneos. Dichos receptores van a ser estimulados cuando damos un masaje, influyendo sobre el sistema nervioso central y sobre el resto del organismo. Algunos de los receptores que se benefician de esta técnica son:
Las terminaciones nerviosas libres.
Mecanorreceptores.
Termorecceptores.
Nociceptores.
El masaje y el tejido conjuntivo
El masaje dará un efecto muy beneficioso sobre el tejido conjuntivo. Tengamos en cuenta que este tejido representa el 16% del peso corporal y que además es muy rico en agua (sobre el 25%). Este tejido forma la base de la piel, músculos, tendones y ligamentos, paredes vasculares, vainas nerviosas, así como envoltura y armazón de los órganos.
La hiperemia anteriormente mencionada, aumentará la salida de sustancias tóxicas hacia la sangre.
Proporcionará al tejido conjuntivo una mayor elasticidad y estiramiento de las estructuras contraídas y adherentes:
Cápsula, aponeurosis, ligamentos y fascias.
Además ayudará a devolver a la amplitud y movilidad normal a una articulación.
Sobre los músculos
Un músculo contracturado o espasmado va a generar desechos metabólicos, que afectará a la presión osmótica de las fibras y a su retención de líquidos. Estos desechos irritan a las terminaciones nerviosas libres, causando dolor, más contracturas muscular e isquemia.
Un músculo acortado desencadena una serie de tensiones articulares, problemas circulatorios y neurológicos tanto a nivel local como a distancia, debido a las compensaciones que deben de realizar otros músculos.
Un masaje correctamente realizado sobre la musculatura, mejorará el trofismo y la circulación, la excitabilidad neuromuscular y normalizará su tono. Así mismo permitirá una mejora su rendimiento al prevenir la fatiga y la atrofia, y eliminar los desechos e impedir la acumulación de ácido láctico.
Sobre los músculos inmovilizados evitará su atrofia y eliminará e impedirá la formación de adherencias.
Al disminuir una contractura mediante el masaje, aumentaremos la circulación y la oxigenación, con lo que cortaremos el circulo vicioso de espasmo-dolor-espasmo- más dolor- más espasmo.

El masaje y el sistema nervioso
El masaje aplicado de forma lenta es sedante del sistema nervioso, por el contrario el masaje aplicado de una forma rápida es excitante. Además:
Es analgésico, al disminuir la sensibilidad de las terminaciones nerviosas sensitivas.
La hiperemia que provoca, contribuye a la nutrición de los nervios periféricos.
Estimula los procesos de oxigenación y termorregulación.
El masaje y las articulaciones
Gracias a la hiperemia del masaje se contribuye a la nutrición de la capsula articular, lo que produce más producción de líquido sinovial y este nutre a cartílagos y lubrifica evitando la degeneración.
Efectos generales del masaje
A nivel general sobre el cuerpo, producirá y generará unos importantes efectos, como por ejemplo:
Influirá sobre el intercambio de gases, minerales y proteínas.
Aumentará la temperatura de los tejidos, lo que acelerará los procesos metabólicos.
Estimulará los procesos de oxigenación y termorregulación.
Incrementará la eliminación de la orina.
Autor: Iker Aguirre Capitán.
Fotografía: Da Da Da photography (www.dadada.photo)
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